lunes, 9 de septiembre de 2013

Monetes

Últimamente, en mis post, estoy mirando mucho a Japón. No sé si es porque ya presentía que le iba a dar los JJOO a Tokyo, o porque me daba pena que ellos no puedan take a relaxing cup of café con leche in the Plaza Mayor y yo sí. Realmente siempre he estado muy influido por todo lo que se hacía en Japón, y su mezcla de tradición y futurismo, de naturaleza y civilización. En estos términos se mueve Suo Sarumawashi - el baile del mono - de Hiroshi Watanabe (Sapporo, Japón), fotógrafo afincado en Los Ángeles. Un trabajo fotográfico con monos que se desplaza de los guerreros samurais a las modas actuales.



El Sarumawashi ha evolucionado durante los últimos 1.000 años en Japón. Los antiguos relatos se refieren a ella como una forma de ritual religioso diseñado para proteger a los caballos de los guerreros. Más tarde se convirtió en una forma popular de entretenimiento, y se llevó a cabo por todo el Japón, de los templos a las cortes imperiales. Hoy en día, el Sarumawashi se sitúa junto al Noh y al Kabuki como una de las más antiguas y más tradicionales de las artes escénicas de Japonesas. Cuenta con acrobacias y sketches cómicos realizados por macacos altamente capacitados. El mono y entrenador realizan una actuacuión en la que crean un vínculo entre el hombre y los primates.




Le tengo especial cariño a los monetes. Es un animal que me fascina, no sé si tendrá algo que ver el haber sido fronterizo toda mi vida con Gibraltar. La cosa es que cualquier objeto o situación que tenga un mono llama poderosamente mi atención y tengo que dejar lo que esté haciendo para verlo. Por lo tanto, no podía dejar escapar esta serie de fotos tan humana, en la que los rostros de los macacos pueden expresar tantísimo.












jueves, 5 de septiembre de 2013

"Un cerdo que no vuela es sólo un cerdo"



El mejor ilustrador, dibujante, director de cine de animación y productor de la historia, se retira. Hayao Miyazaki (Tokyo, Japón) pone fin a su carrera. A sus 72 años, el co-creador, junto a Isao Takahata, del estudio Ghibli en 1984, ha decidido abandonar sus labores cinematográficas para descansar, que ya le toca.



Gracias a mi hermano mediano he podido disfrutar de Miyazaki prácticamente desde que tengo uso de razón. Especial cariño le tengo a Porco Rosso y Mi vecino Totoro. Son las primeras de las que tengo recuerdo. Además, el Gatobús (Nekobasu) me marco muchísimo. Cuando hablan de la película a casi todos les vienen a la cabeza la imagen de Totoro en la copa del árbol, o a la pequeña Mei jugando con Totoro. Pero para mi ese espíritu-gato es lo primero. Lo tengo interiorizado.


Miyazaki dice adiós a más de cuarenta años de carrera con otro trabajo en el cielo. The Wind Rises, título que  se inspira en un verso del poeta francés Paul Valèry: “Le vent se lève, il faut tenter de vivre”. La película trata de un chico que sueña con poder volar, pero que debido a su miopía no puede ser piloto. El protagonista Jiro Horikoshi se parte el lomo estudiando y leyendo revistas especializadas hasta que es contratado por una compañía aeronáutica para diseñar aviones. Pero esta historia coincide en el tiempo con la segunda guerra mundial, en la que Japón está del lado de Adolfo el mosqueón. Lo que convierte los ingenios de Jiro en instrumentos de destrucción. En la historia también hay una chica y, seguro, miles de escenas que nos harán disfrutar.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Yōkai en portugués se dice Heitor Kimura



Los Yōkai son de demonios o fantasmas del folclore japones. Son criaturas procedentes de la literatura tradicional nipona, y han estado representados desde los cuentos y el teatro hasta los mangas o videojuegos. La mayoría de estos monstruos y fantasmas se han ido olvidando y desdibujando con el tiempo, pero el genial ilustrador brasileño - si, si, brasileño - Heitor Seio Kimura (Curitiba, Brasil) se está encargando de recopilarlos con una genio y una sencillez increibles.




Kimura es un apasionado del arte, el diseño y la cultura japonesa. A sus trabajos gráficos y equilibrados no les faltan detalles representativos de estos seres mitológicos que bien representan los extraños  miedos de una sociedad como la japonesa.